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martes, 30 de enero de 2018

CUEVAS DE PLASTILINA

 La profesión más antigua del mundo no es esa que todos ustedes, malpensados, tienen en mente. Según la última cinta de Aardman, Cavernícola, es la de futbolista.
Cavernicola (no confundir con esa comedia a mayor gloria de un de los Beatles supervivientes) es una de esas cintas que consiguen conquistar el corazoncito del aficionado a la animación desde sus primeros compases, con un pequeño homenaje harryhausiano y unas pinceladas de humor absurdo (ese cerca de Manchester) que van a regir el resto de una cinta que no solo es brillante visualmente sino que es innegablemente divertida.
No hablamos precisamente del culmen de la originalidad: es simplemente la historia de dos equipos, uno de astros y otro de novatos, obligados a enfrentarse no por mera deportividad, sino por algo que puede marcar su propia existencia tal y como la conocen. Hasta aquí nada nuevo, pero sus personajes carismáticos (del protagonista a su mascota pasando por el señor piedra...en realidad una piedra con la boca pintada) consiguen arrancarnos un buen número de risas, y logran meternos en una historia que no por predicible resulta menos entretenida.
Una cinta que sabe jugar tanto con el humor de corte Los Picapiedra (las pinzas) y los elementos anacrónicos ( la repetición de la jugada...todo un homenaje a los espectáculos de marionetas) como con el surrealismo más alocado (el pato antropófago), y consigue que todo funcione como un reloj. No podemos decir que sea una de las más brillantes perlas del estudio, pero sin duda es una más que digna continuadora de la trayectoria de unos creadores que nos han dado alguas de las mejores piezas de animación de los últimos años. De esas que gusta a los niños y casi consigue que guste más a los adultos. Algo que puede parecer fácil, pero no lo es en absoluto, y para muestra este botón de dorado bronce.

Cavernícola (Early man) llega a los cines el 2 de febrero

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