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viernes, 23 de octubre de 2015

FANTASMAS HIPERDIMENSIONADOS

Siempre me han hecho gracia esas películas que cambian radicalmente de subgénero a mitad de su metraje, y eso es algo que al cine de terror parece gustarle bastante. No, no me refiero de esas que justo cinco minutos antes del final te revelan que era un sueño o todos estaban muertos, sino de aquellas que, cuando tienen todaa las cartas sobre la mesa de repente te cambian la baraja francesa por la española o viceversa...ahí está el paradigma y gran clásico; Psicosis, que sabía librarse de la protagonista cuando ya le habíamos cogido cariño para contarnos una historia infinitamente más oscura, o El bosque, o en menor medida la saga Rec, que de un plumazo desveló que sus zombies en realidad eran poseídos (un más que interesante matiz). Otro de los caso era la primera entrega de la saga cuya última entrega analizamos hoy, una película que pasaba de ser un más que correcto cuento de fantasmas a una película de corte satánico...y como ya todos habréis adivinado hoy toca Paranormal activity:The ghost dimension.
 La familia Fieege se dispone a celebrar las navidades en su nuevo hogar. Mientras colocan la decoración navideña encuentran una caja misteriosa en la que hallan una cámara de vídoe que no se parece a ningún modelo que hayan visto antes y a través de cuyo objetivo las imágenes se vuelven extrañamente borrosas, así como una serie de cintas en cuya mayor parte hay grabadas unos extraños rituales protagonizados veinte años antes por dos niñas, Kristi y Katie. Muy pronto descubrirán que todo parece estar relacionado con las extrañas vivencias que comienza a experimetar su hija pequeña, Leila, y su nuevo amigo amigo imaginario Toby, y empezarána a investigar lo que ocurre, con la ayuda de esa cámara que parece captar cosas que ellos no pueden ver con sus propios ojos.
Tras incontables retrasos y un pequeño paréntesis que nos sacaba de este culebrón de aparecidos, brujas y endemoniados en el que se ha convertido la saga Paranormal activity: The ghost dimension regresa a su arco argumental prinicpal para seguir contándonos los prolegómenos y consecuencias de la hisoria de katie y su familia.
Con la original opción inicial de presentar en tres dimensiones aquellas escenas "captadas" por la cámara (esa dimensión fantasmal de la que habla el título, y que no puede verse sino a través de esta...aunque muy pronto otras cámaras se unirán a la fiesta para revelarnos más de un punto de vista) sus primeros instantes, sin ser el prodigio de la originalidad (a pesar de que en la primera entrega se tardaba un poco más sus sucesoras tardan muy poquito en meterse en harina), son impresionantes , con las brumosas figuras que nos envuelven y esas extrañas ondas que se abalanzan sobre nosotros, pero esto se revela pronto como un mero espejismo dejando el paso al juego con curiosos planos (la limpieza de la cámara...pocas veces estarán más cercanos en la vida real a ser limpiados con una bayeta) o el abuso de barridos de cámara y sombras que cruzan nuestro ángulo visual, eficazmente acompañadas de estruendosos efectos de sonido que conseguirán que es espectador salte de su asiento pero ya no por la sensación de terror sino por el susto de sopetón. Tampoco veremos muchos más elementos extraños que en otras partes de la saga, con enormes sombras que llegan a jugar al escondite con los protagonistas y rostros inquetantes pero tirando a borrosos. Y este empleo del 3D sin embargo es el punto más original de una película que, en su visionado bidimensional sin duda pierde  muchos enteros,
La nueva entrega de Paranormal Activity es una historia que nos deja una constante sensación de déjà vu, con muchos de esos elementos a los que ya nos ha acostumbrado la saga (esas escenas de plano fijo en las que de repente se acelera el tiempo) y una serie de giros previsibles (la visita del sacerdote) que intenta magnificar en exceso (aquí ya no tenemos un exorcismo, sino según rezan sus personajes ¡Un exterminio!...la gran traca de la película, si señor) pero sin lograr ningún susto de antología ni innovar en el gánero por mucho que lo intente, con momentos pretendidamente inquietantes que se quedan en agua de borrajas (el episodio del estornudo). Toda una serie de personajes planos y un anodino sentido de ritmo tampoco ayudan en una película que no deja de repetirse a si misma ni a su propia saga, pero que nos regala momentos tan chocantes como aquel en el que, en pleno ritual, su demoniaco espíritu se disfraza involuntariamente de fantasma...y es que en el fondo las sábanas jamás pasan de moda.
Para muy amantes de la saga, recomendando encarecidamente que la disfruten, si se atreven, en 3D...tampoco es mala opción ahora que se acerca el Halloween, ya que con un buen grupo de amigos y el ánimo presto a meterse en la película puede ser una divertida experiencia de cara a la noche de los sustos por excelencia. Su visionado en soledad puede ser mucho más desasosegante y no precisamente por miedo...

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