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martes, 30 de septiembre de 2014

PSICOANÁLISIS ESPECTRAL

Hay películas de las que uno inicialmente desconfía, pero tras oir hablar mucho de ellas no puede evitar el deseo de verlas. En mi caso esto pasó durante el Nocturna de 2013...mucho para ver pero hay que dejar alguna en el tintero, y yo opté por la opción B, ya que el cartel de la A me daba mala espina. No recuerdo lo que vi, pero los comentarios de los que habían ido a ver la otra película me dejaron con la miel en los labios a pesar de algunos peros, y más cuando se llevó el premio del público de la susodicha edición. La película en cuestión se encuentra ya en DVD y su nombre es I am a ghost ( y esto no es spoiler como en Los otros)
Tras una cita de Emily Dickinson muy fiel al espíritu de la cinta y unos planos de la mansión en la que se desarrolla la trama I am a ghost nos sumerge en el monótono día a día de Emily. Despertar, cocina, lectura, compra y limpieza se suceden y todos los días parecen la misma anodina jornada, con algún elemento inquietante eso sí (ese cuchillo de mantequilla). Pero este, en principio, enervante comienzo está plenamente justificado. Emily es un fantasma atrapado en la que fue su casa dentro de un bucle temporal y sólo una medium, contratada por sua actuales dueños puede sacarla de esta pesadilla. Así con estos dos únicos personajes (podríamos hablar de un tercero pero ni queremos spoilers ni sería correcto del todo) nos sumerge en la debacle entre un fantasma consciente de su situación y la medium que intenta liberarla, pero con el punto original de que lo hacemos bajo la mirada de la primera. Hablamos de una cinta atípica, más cercana del terror espectral japonés que el del occidental. No hay efectos especiales forzosos ni excesivos tirando más de trucos tradicionales y maquillaje, no se recrea en lo tenebroso ( es más, la atemporal casa está llena de color) para así dar más peso a las escasas estancias oscuras (el desván, o ese vacío tras la puerta principal), usa inteligentemente el sonido y desarrolla la totalidad del metraje durante el día. Y todo con gran efectividad, logrando un terror psicológico casi filosófico (el diálogo acerca de la nada) que se va apoderando poco a poco del espectador y que remata en un tramo final que, frente al ritmo pausado del resto de la cinta, se torna una auténtica locura que refleja el estado mental de nuestra protagonista, que ha asumido más revelaciones acerca de si misma que las que muchos seres humanos pueden soportar. En definitiva un delicioso cuento de fantasmas con toques victorianos que sabrán paladear aquellos que aguanten esos primeros minutos que no parecían conducir a ninguna parte.
Muy buena y para rematar breve...para amantes del terror tradicional atípico, una auténtica mezcla bomba que hoy es difícil de encontrar.

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