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viernes, 26 de septiembre de 2014

¡HASTA LOS KRISTYS!

Los aficionados al cine de terror en general y al slasher en particular nos hemos enfrentado con frecuencia a un nutrido número de celebraciones. Partiendo del Halloween primigenio y pasando por navidades y cumpleaños varios nuestros psicópatas favoritos parecen disfrutar como locos en estas ocasiones...sin embargo como en todo unas son más populares que otras. Así hace unos añitos el inefable Eli Roth se unió a la fiebre (ya sabéis como le gusta este término) del grindhouse en forma de falso trailer de película de miedo ambientado en la celebración del Día de acción de gracias (bautizándolo por supuesto Thanksgiving). tenía buena pinta aunque por supuesto ahí se quedó. Años después nos llega una película que se aproxima a tan estadounidense celebración, auque por un lado muy distinto al de Roth. Hoy hablamos de Kristy.
Tras unos curiosos insertos que nos hablan del origen del, hasta el final de la película omnipresente, nombre Kristy en medio de planos gore, la cinta nos cuenta la historia de Justine (no se dejen engañar por el nombre propio de libro del Marqués de Sade), joven estudiante con beca univrsitaria, novio monín y poca pasta. Tan poca que el día de acción de gracias mientras todo el mundo parte a hincharse de pavo con la familia o se va de miniviaje se encuentra sola en el campus durante el largo puente (y tan tímida y sosa que ni acepta las invitaciones de varias amigas ni aprovecha para irse a hacer cola para el black friday...ya saben, el día ese de rebajas previas a Navidad que últimamente intentan poner de moda por estos lares). Tras marcarse el momentito Risky business de rigor, bastante descafeinado, todo hay que decirlo (baila por el pasillo, intenta ir en monopatín por el mismo pasillo y se va a nadar) se le ocurre la brillantísima idea de acercarse cuando ya ha oscurecido (se ve que la pobre ha estado liadísima el resto del día) a la gasolinera a comprar chuches. Y como todos sabemos ir a la gasolinera en este género no es, bajo ninguna circustancia, una buena idea. Así tras el encontronazo con la cabecilla del grupo que le hará la vida imposible el resto del metraje y que no deja de llamarla Kristy (nombre con el que, como descubriremos, rebautizan a sus víctimas, que suelen ser la primera chica mona y solita que pillan), nos encontramos con una película que se reduce a un buen puñado de persecuciones (la novedad es que mientras la víctma es una los asesinos son muchos a diferencia del slasher tradicional, así como en vez de ir por un bosque solitario va por una ciudad universitaria solitaria) que casi nos remiten a esa nueva saga que es La purga (adolescentes juguetones con disfraces hechos en casa...no se pierdan esa máscara hecha con papel de plata) por el abandonado campus...suerte que nuestra heroina es ducha en carrera y natación, como nos ha mostrado el principio de la cinta . La película no deja de ser una sucesión de muchas cosas que hemos visto ya: huídas in extremis con salto casi mortal, personajes a punto de salvar a la protagonista que la pringan, angustiosas esperas escondida con el asesino detrás, elaboración de curiosas armas, perros que no salen bien parados y mucho más...por el estilo. Hay algún buen momento, como la muerte en la piscina pero otros, que pretenden ser espectaculares, como la última ejecución al estilo Heisenberg (en sus dos vertientes, científico- al que también se menciona en la cinta- y personaje de Breaking bad) nos dejan, al diferencia del que lo sufre, pelín fríos.
Para amantes de las chicas sufridoras, aunque no haya nuevo bajo el sol.

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