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jueves, 12 de junio de 2014

EL HORROR SURGE DE LA CASETA

 Siempre he dicho que hay cosas que uno solo haría por su madre. Cosas aterradoras, de esas que pueden afectar a tu salud física y mental,de esas que pueden instalarse en lo más profundo de tu psique y revolotear entre tus pesadillas por mucho, mucho tiempo. Y una de ellas es acompañarla a ver una película como Pancho el perro millonario.

 Protagonizada por  Cook, el perro con nombre de personaje de Breaking bad, la película se instala en la tradición del cine infantil (pero para niños muy, muy pequeños... si se atreven a llevarlos por su cuenta y riesgo comprénlen palomitas "king size"...así al menos tendrán algo con que entrenerse si no quieren salir a los cinco minutos de proyección...) e intenta alargar hasta lo inimaginable una trama que era brillante para dos minutos de anuncio. Así la cinta enfrenta a Pancho, que vive en una mansión en la que guarda todo lo que entusiasmaría a un niño (chucherías, extrañas atracciones, muñecos de tamaño natural e incluso un tigre de verdad...porque la criatura se aburre), a un malvado empresario partidario de la explotación infantil (de la explotación canina tampoco hablamos)de esos a los que les gustan los planes grandielocientes y los combates de esgrima, y al que obedecen unos esbirros émulos de Hernández y Fernández. Claro que los buenos tampoco están mejor del tarro...como el secretario personal del can (como él se autodenomina), que todas las noches se viste de ninja para ayudarle a entrenarse o, que en medio de la búsqueda del protagonista, se va con su partenaire a probarse modelitos (que no hay prisa, que no). Y por favor, no cuenten los tópicos. Van a perder la cuenta. Y ante todo esto el pobre Cook(Pancho en el film) se nos torna una figura trágica casi.
En fin una peli hecha de encargo, con cancioncillas que pretende vender por descarga y unos efectos especiales más que buenos...se esperaba poco, pero todavía da menos. Solo salvar un par de momentos: los créditos animados, que resumen los anuncios originales, y el pequeño episodio de "Pelusita", que daba para mucho más.
En fin, cintas como esta merece una calificación propia. Ahí va.

Así que vayan al cine bajo su propia responsabilidad. Quedan avisados. yo esta tarde me pienso resarcir.


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